Ya sabéis de mi afición por los arroces (¿Puede que sea mi comida favorita? Puede. Pero PIZZA) y es una comida que suelo preparar con frecuencia. Este, en concreto, iba a ser un arroz al azafrán pero un error de inventario (creía que tenía azafrán guardado en mi alacena, pero...) lo convirtió en un experimento que sinceramente superó las expectativas.
Ingredientes.
- 2 tazas pequeñas de arroz.
- 1/2 litro de caldo de verduras.
- 1 taza de vino blanco por persona
- 1 cucharadita de pimentón de La Vera.
- Ajo, sal y pimienta.
Preparación.
En primer lugar ponemos a hervir el caldo de verdura y, en una olla salteamos las setas con un poco de ajo. Cuando ya estén doradas, bajamos el fuego, le ponemos la mitad del pimentón a las selas y con mucho cuidado de que no se queme (el pimentón es delicado) salteamos ligeramente y añadimos entonces el vino blanco y reducimos. Incorporamos el arroz y un cucharón de caldo y vamos repitiendo esa operación a medida que el caldo se vaya reduciendo y hasta que el arroz esté en el punto deseado (más o menos meloso según nuestro gusto).
Poco que escribir sobre este plato modesto, sencillo y sabroso, que no sea la recomendación (casi súplica) de acompañarlo siempre por el mejor pan que seáis capaces de conseguir (o hacer) y en cantidades generosas porque hasta la última gota de aceite que queda en el fondo del plato es una delicia que no debe ser desaprovechada.
- Ingredientes:
- 150g de gambas (o langostinos) pelados.
- 4 dientes de ajo.
- 1/2 guindilla o ají picante (opcional).
- Abundante aceite de buena calidad.
- Pimentón dulce.
- Perejil.
- Preparación:
Calentamos el aceite en una sartén pequeña a fuego vivo. Doramos el ajo fileteado (y las guindillas si vais a usarlas) y cuando empiece a coger color, añadimos las gambas y esperamos a que empiecen a blanquear. Cuando alcancen ese punto, añadimos el pimentón, bajamos un poco el fuego y vamos removiendo con cuidado para que no se queme. Una vez cocinadas las gambas, apagamos el fuego, añadimos el perejil picado y servimos en un plato profundo.
P.S. Los platos elegidos para servirlos serán tales que, teniendo un fondo suficiente como para servir una ración adecuada a cada comensal, ofrezcan una forma que permita mojar pan concienzudamente en el aceite presentando el menor número de obstáculos posible. Esto último (obviamente) no responde a causa relacionada con la glotonería ni a que el aceite mismo, aromatizado por el resto de ingredientes, sea casi lo mejor de la preparación. No, ni mucho menos. Es por facilitar el lavado posterior de los mismos. ;)