Madalenas aberronchadas al aroma de limón y canela


Cuando uno cuenta (publica) sus recetas, suele hablar de los clamorosos éxitos con espectaculares resultados (increíbles texturas o sabores) y en contadas ocasiones, y siempre que el desastre lo merezca, de los terribles fracasos culinarios (léase suflés que nunca llegaron a subir, bizcochos que intentaron huir del molde...). Hoy os dejo con una receta cuyo resultado ha sido bueno pero nada espectacular y, desde luego, muy lejos de las expectativas que sobre ella tenía: Madalenas al limón.

El sobrenombre de aberronchadas se lo han ganado a pulso debido a su poco vistosa apariencia final que no ha llegado a la imagen que todos tenemos de una madalena aunque he de reconocer que, de sabor, están bastante ricas. ¿Porqué no han quedado más vistosas? Sospecho que ha sido por seguir al pie de la letra la receta. Creo que debería haber cambiado una de dos cosas (o quizás ambas) de la receta original, o bien debería haber batido yema y clara por separado para hacer más espumosa la mezcla o subir un poco la temperatura de la leche y la cantidad de levadura. De cualquiera de las maneras, os aseguro que están ricas de sabor y con una textura adecuada para una madalena.

Sin más preámbulos, la receta (para unos 8 madalenas):

- Ingredientes:

  • 50g de mantequilla en pomada.
  • 40g de azúcar
  • 1 huevo
  • 5 cucharadas de leche
  • 200g de harina
  • Ralladura de un limón
  • 2 cucharaditas de levadura en polvo
  • sal
  • Azúcar glas y canela para espolvorearlas y mantequilla y mermelada para acompañar.

- Preparación.

Precalentar el horno a 175º. Batir la mantequilla con el azúcar y la ralladura del limón hasta que quede espumosa. Añadir el huevo y la leche y emulsionar. Mezclar la harina y la levadura y tamizarla antes de añadirla a la mezcla que ya teníamos preparada. Agregar una pizca de sal y amasar a mano hasta que quede muy suave.

Repartir en moldes de papel sin llenarlos del todo (unos 8) usando una manga pastelera y llevar al horno en una bandeja durante unos veinte minutos.
Sacarlas del horno, espolvorearlas con la mezcla de azúcar glas y canela y servir acompañadas de mantequilla y mermelada.
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2 comentarios

  1. Al final, toda magdalena o muffin termina haciéndose a ojímetro.

    (Echo de menos la foto un poquito más grande en el artículo, al menos de la anchura del texto. ;))

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  2. Ánimo... y sacaré fotos de mis "aberronchos" más sonados, que han sido y serán muchos! ;))) ¡Un abrazo!

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